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Esta es una conclusión del estudio elaborado por la Fundación InSight Crime. La falta de comunicación con los mandos y fuertes relaciones con bandas serían las causas.

Los frentes que delinquen en Antioquia y Chocó son los que más riesgo tienen de criminalizarse en un escenario de postconflicto, desobedecer los eventuales acuerdos con el Gobierno en La Habana e integrarse de lleno al narcotráfico.

Esta es una de las conclusiones del estudio «Las Farc, el proceso de paz y la posible criminalización de la guerrilla», elaborado por la Fundación InSight Crime, que hace tres años analiza los fenómenos de delincuencia organizada en América.

El periodista y exmilitar británico Jeremy McDermott, codirector de la fundación, propone tres escenarios en los cuales podría darse esa división:

1). Fragmentación durante las conversaciones de paz: una hipótesis basada en el hecho de que, al parecer, no todas las Farc están representadas en Cuba, sino el ala política.

El caso tiene un antecedente en la desmovilización del Epl (1991), cuando una facción del grupo se apartó de la negociación y siguió en la insurgencia.

2). Fragmentación después de un acuerdo de paz firmado: se daría una escisión por estructuras en desacuerdo con lo pactado. «Hay riesgo de que algunos de sus frentes más remotos, que no han sido consultados sobre detalles del acuerdo, o cuyos intereses no han sido abordados, decidan continuar con la lucha», reza el estudio. «Ellos podrían erigirse como las ‘verdaderas Farc’, así lo hicieron las facciones disidentes del Ejército Republicano Irlandés (Ira)».

3). Guerrilleros vuelven al crimen tras la desmovilización: similar a lo ocurrido con las Autodefensas, que luego de su reinserción dieron origen a bandas criminales (bacrim).

«Este sería uno de los mayores desafíos que las Farc enfrentarían, será difícil mantener el control de 8.000 combatientes y 30.000 milicianos, muchos acostumbrados a manejar grandes cantidades de dinero y con muy pocas habilidades útiles en el ámbito legal», prosigue.

En la práctica, la forma en que la subversión y las bacrim obtienen recursos es igual: del narcotráfico, la extorsión y la minería de oro; la diferencia es que con la plata las Farc financian su causa, mientras las bandas solo buscan el lucro.

María Vélez de Berliner, presidente de Latin Intelligense Corporation y asesora del Departamento de Defensa de E.U., asegura que «existe la probabilidad de que las Farc desmovilizadas se conviertan en la bacrim más rica y con más alcance en Colombia, América Latina, África del Oeste, Rusia y Europa».

Riesgo en Antioquia
Las Farc promulgaron un cese unilateral de hostilidades entre noviembre y enero, y aunque sus siete bloques en general lo respetaron, el bloque «Iván Ríos» (Noroccidente) lo violó cinco veces con voladuras de torres y ataques a la Fuerza Pública.

A juicio de InSight Crime, esta estructura que opera en Antioquia, Chocó y Córdoba, «es tal vez la más débil de las divisiones en términos de mando y control», y al parecer hay poca comunicación entre los ocho frentes que la componen.

Sus líderes son «Iván Márquez», que antes de ir a Cuba se mantenía escondido en Venezuela, lejos del terreno, e «Isaías Trujillo», anciano y enfermo.

En la región tienen nexos importantes con «los Urabeños», «la Oficina» y disidencias de «los Rastrojos» (con excepción del frente 58, que les disputa la zona). Incluso administran sus propias rutas de tráfico hacia el extranjero y es el bloque que más dinero gana por la explotación del oro y las vacunas a los mineros, cerca de US3 millones al mes.

Después de este, los bloques con mayor riesgo de criminalización serían el del Magdalena Medio (involucrado en el narcotráfico hacia Venezuela), el Oriental (aliado con narcos y bacrim) y el bloque «Alfonso Cano».

«Hay un riesgo significativo de separación de elementos de las Farc. El Gobierno debe ser consciente de esto durante las negociaciones de paz (…), debe tomar medidas para asegurar que cualquier fragmentación no arruine las posibilidades de poner fin a cinco décadas de conflicto civil», dice el documento.

PARA SABER MÁS
«DIÁLOGOS NO VAN A NINGÚN LADO»
Alfredo Rangel, director del Centro de Seguridad y Democracia de la Universidad Sergio Arboleda, no ve posible un escenario de postconflicto con las Farc en el mediano plazo. «No creo que esos diálogos vayan para ninguna parte, las Farc están haciendo en La Habana lo que hicieron en el Caguán, en Caracas y Tlaxcala, que es aprovechar los diálogos de paz para fortalecerse política y militarmente, por eso están poniendo tantas exigencias al Gobierno. Ellos dicen que no comparecerán ante un juez ni pagarán cárcel. Así es inviable llegar a un acuerdo».

EN DEFINITIVA
Es alto el riesgo de que varias estructuras se separen de las Farc, ya sea porque no comparten un eventual acuerdo con el Gobierno o porque se integrarán al crimen organizado.


http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/B/bloque_ivan_rios_en_riesgo_de_fallarle_a_un_acuerdo/bloque_ivan_rios_en_riesgo_de_fallarle_a_un_acuerdo.asp

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