Cerca de 40 miembros de la Fuerza Pública al parecer trabajaron de la mano con los ‘paras’ del Bloque Libertadores del Sur. Solo dos han sido condenados por estos hechos y diez de los cuestionados siguen activos, incluido el actual subcomandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.
“Sin límites”, así calificaron los magistrados de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá la articulación en el departamento de Nariño de militares, policías, políticos y empresarios con el proyecto paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) liderado en esa región por el Bloque Libertadores del Sur. 
“En Nariño el nivel de penetración e influencia del Bloque en la escasa institucionalidad no tuvo límites, diversas autoridades, actores políticos, miembros de los cuerpos de seguridad del Estado (Ejército y Policía), la rama judicial, entre otros, se involucraron en el accionar criminal de la estructura armada ilegal”, se lee en la sentencia condenatoria contra Guillermo Pérez Alzate, alias ‘Pablo Sevillano’, jefe de esa facción armada ilegal adscrita al Bloque Central Bolívar.
 
En el extenso documento que contiene el fallo, los magistrados consignaron los nombres de los miembros del Ejército y la Policía que supuestamente se aliaron con los paramilitares en Nariño. La decisión recoge versiones de los desmovilizados del Bloque Libertadores del Sur entregadas a fiscales de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía durante los últimos años como parte de sus compromisos con la justicia transicional.
Entre los uniformados mencionados se destaca el coronel Raúl Pico Poveda, quien, en grado de capitán, estuvo destacado en la estación de Policía de Tuquerres. Hoy se desempeña como subcomandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.
También está referenciado el capitán Juan Carlos Dueñas Mejía, del grupo Mecanizado Cabal No. 3 de Ipiales, quien está prófugo de la justicia, y el coronel retirado Luis Alberto Cuellar Rojas, excomandante del Batallón Batalla de Boyacá y actualmente es investigado por concierto para delinquir.
Haga clic aquí  para descargar el listado completo de los militares y policías que  fueron señalados en la sentencia contra el grupo paramilitar de ‘Pablo  Sevillano’.
 
 
 
El fallo también menciona al coronel Henry Rubio Conde, quien fue el  jefe de seguridad del expresidente Álvaro Uribe Vélez durante la primera  campaña presidencial en 2001. Al final de esa contienda electoral,  Rubio fue reemplazado por el general Mauricio Santoyo, condenado en  Estados Unidos por nexos con grupos paramilitares. (Ver: 
Santoyo y los paramilitares)
 
 
Uno de los testimonios que incrimina a Rubio es el de Luis Alexander  Gutiérrez, alias ‘Capi’, quien fue policía antes de unirse al grupo  paramilitar. Ante fiscales de Justicia y Paz aseguró que el oficial se  reunió con varios paramilitares para organizar el esquema de seguridad  que iba a utilizar el entonces candidato presidencial en su visita a  Ipiales y Pasto en 2001.
 
No es la primera vez que Rubio Conde es mencionado en procesos  penales relacionados con grupos paramilitares. El exjefe del Bloque  Norte de las Auc, Salvatore Mancuso lo señaló de tener vínculos con esa  estructura armada que operó en la Costa Caribe.
 
Según la Fiscalía General de la Nación, fue Salvador Escobar, dueño  de la empresa Lácteos Andinos Nariño, quien le pagó a los paramilitares  para que “protegieran” al hoy senador Uribe. Por estos hechos el Ente  investigador ya compulsó copias contra Escobar.
 
En una audiencia que realizó en Tumaco en febrero  de este año, las  víctimas les exigieron a la Fiscalía y a los exparamilitares la verdad  sobre los auspiciadores del bloque, incluidos los miembros de la Fuerza  Pública, los políticos y empresarios (Ver: 
Las víctimas de Tumaco quieren la verdad)
 
 
¿Cómo funcionó la alianza?
Como el caso de  ‘Capi’, varios desmovilizados pasaron por filas de la Policía y el  Ejército antes de incorporarse a las Auc. De los 700 desmovilizados del  Bloque Libertadores Sur, 180 hicieron parte de la Fuerza Pública, entre  ellos Rafael García Moscote alias “Gallo”, suboficial de la Armada  Nacional. Eso facilitó los primeros acercamientos.
 
 
Según las investigaciones de la Dirección de Justicia Transicional de  la Fiscalía, lo ‘paras’ buscaron a miembros de la Fuerza Pública para  que no actuaran en contra de ellos, apoyarse mutuamente en los combates y  posicionarse en zonas de disputa territorial con la guerrilla.
 
“Esto implicaba favorecimientos por parte de la autoridad, como  complicidad en el asesinato de población civil (mal llamados falsos  positivos), negociar información de inteligencia, realizar acciones  armadas en contra de la población civil, ente otros”, aseveró el Ente  investigador.
 
En algunas zonas del departamento de Nariño los militares  suministraron armas, munición y material de intendencia e, incluso,  buscaron a comerciantes que apoyaran la causa contrainsurgente en la  región. Esa misma estrategia fue usada con miembros del DAS, quienes les  facilitaron la llegada al municipio de Tumaco, puerto sobre el océano  Pacífico.
 
Para mostrar resultados y ocultar la alianza criminal, los militares  inventaron falsos combates. La Fiscalía encontró varios casos. Por  ejemplo, en agosto de 2002, en el municipio de Rosario, se presentó un  falso combate entre unidades del Ejército e integrantes del Frente  Brigadas Campesinas Antonio Nariño, donde supuestamente murieron dos  paramilitares.
 
Según la Fiscalía, solo se presentó un enfrentamiento real del  Ejército con facciones paramilitares en diciembre de 2004 en zona rural  del municipio de Leiva, en el que murió un soldado. Los mayores golpes  contra grupos de las Auc los dio la Infantería de Marina, que tuvo ocho  enfrentamientos con los paramilitares desde junio de 2001, primero en  Tumaco y luego en Olaya Herrera.
 
Las otras alianzas criminales
Los exparamilitares también han confesado su cercanía con mandatarios  y empresarios locales. La sentencia de la Sala de Justicia y Paz del  Tribunal Superior de Bogotá asegura que entre el 2001 y 2005 los  paramilitares tuvieron nexos con 15 alcaldías locales. (Ver listado completo de los alcaldes). 
 
Los desmovilizados aseguraron que Eduardo Alvarado Santander, quien  fue acalde de Pasto entre 2002 y 2003, recibió 20 millones de pesos de  parte de Jesús Gélvez Albarracín, alias ‘El Canoso’. En el fallo también  figura Juan Carlos Quiñones, alcalde de Barbacoas entre 2002 y 2003,  quien al parecer inscribió a 130 paramilitares en el Sisben y le entregó  una placa conmemorativa al paramilitar Rodolfo Useda Castaño, alias  ‘Julio Castaño’.
 
En su llegada al departamento, los paramilitares fueron financiados  también por comerciantes, palmicultores, agroindustriales y ganaderos,  en especial la Sociedad de Agricultores y Ganaderos de Nariño, Sagan.