A continuación aparece el texto de la declaración efectuada hoy por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Sra. Mary Robinson
El asesinato perpetrado anoche contra la vida del Sr. Jorge Ortega, Vice-Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), es el último de una serie de trágicos sucesos que han realzado ante mi la gravedad de la situación de los derechos humanos en Colombia y el enorme trabajo que se necesita para resolverla.
El Sr. Ortega fue asesinado dos días después del brutal ataque al Oleoducto en Segovia, Antioquia en donde perdieron la vida cerca de 50 personas. La gravedad de las heridas de los sobrevivientes abre la posibilidad de que el número de muertes aumente.
Colegas de mi Oficina aquí en Bogotá fueron testigos directos del apoyo y el compromiso del Sr. Ortega hacia los derechos humanos. El Sr. Ortega dio mucha importancia al trabajo realizado por la Oficina y a sus esfuerzos por consolidar la Comisión Interinstitucional para la Promoción y la Protección de los Derechos Humanos de los Trabajadores.
El Sr. Ortega, tal como muchos otros de los defensores de los derechos humanos en Colombia, había recibido amenazas contra su vida y sus colegas temían por su vida. Ayer hablé ante un Seminario Internacional sobre la Protección de los Defensores de los Derechos Humanos en el cual los riesgos que corren estos valientes hombres y mujeres cotidianamente fueron parte central de la discusión. Sus temores no eran infundados. Me enteré con profunda preocupación esta mañana que el Seminario había recibido amenazas de bomba en las cuales quien llamaba exigía que la reunión terminara inmediatamente.
Planteé estos asuntos al Procurador General, Dr. Jaime Bernal Cuéllar, en la mañana de hoy, y lo discutiré también con el Presidente Andrés Pastrana y otros funcionarios públicos con quienes me reuniré más adelante este mismo día.
Aprovecho esta oportunidad para condenar en los términos más firmes posibles el asesinato del Sr. Ortega y las amenazas contra otros defensores de los derechos humanos. Estos ataques y la continua violencia ligados al conflicto armado ponen de relieve la urgencia que revisten la búsqueda de la paz y el pleno respeto por los derechos humanos en Colombia.
Insto además al Gobierno para que no escatime ningún esfuerzo para encontrar y procesar a los responsables del asesinato del Sr. Ortega y para garantizar la protección de quienes luchan para que todos los Colombianos puedan disfrutar de todos los derechos humanos.
