Así se desprende del expediente por el crimen del periodista Jaime Garzón –el 13 de agosto de 1999–, quien según la Fiscalía fue asesinado por sicarios de la banda ‘la Terraza’ con el apoyo de integrantes de la Fuerza Pública.
En el llamado al juicio del entonces jefe de inteligencia de la Brigada XIII coronel Jorge Plazas Acevedo, por el crimen del periodista, la Fiscalía dio crédito al testimonio del exparamilitar Jesús Emiro Pereira, ‘Huevo Pisca’, quien sostuvo que por órdenes de Carlos Castaño puso a disposición de Plazas a dos paramilitares que manejaban su propio grupo de operaciones. Ellos, de acuerdo con el testigo, recibían sueldo de los paramilitares pero estaban al servicio del oficial de inteligencia.
Se trataba de ‘Camilo Coca’ y ‘Graciano Góez’, quienes hacían parte del bloque Centauros y estaban presuntamente bajo el mando del coronel Plazas para “perpetrar actividades delictivas a órdenes del oficial”.
Darwin Lisímaco Betancourt, un exguerrillero que luego se convirtió en informante del Ejército, le dijo a la Fiscalía que Arnubio Triana Mahecha, alias ‘Botalón’ –uno de los jefes paramilitares del Magdalena Medio–, también tuvo gente trabajando en la sección de inteligencia militar de la Brigada 13 de Bogotá. El desmovilizado sostuvo que incluso asistió a reuniones de jefes paramilitares, entre 1998 y 1999, con el general (r) Rito Alejo del Río, entonces comandante de la brigada, ubicada en el norte de la capital del país.
El testigo les dijo a los investigadores que el general Del Río y el coronel Plazas les entregaron, a través de los paramilitares que estaban en la brigada, a Castaño y a ‘Botalón’ supuestos auxiliadores de las Farc que luego fueron asesinados.
En la acusación se lee que, según los testigos, los paramilitares iban todos los días a la sede de inteligencia de la brigada, se reunían con los militares y luego salían en grupos a hacer seguimientos presuntamente ordenados por Plazas.
Jorge Cruz Aragón, que hizo parte de los equipos de seguimiento de la brigada, dijo que el paramilitar ‘Camilo Coca’ pasaba parte del día en la brigada y se movía en “camionetas lujosas, con cadenas de oro y empistolado”.
“Es que ese grupo de seguimiento y vigilancia tenía malos pasos. El teniente Iván era el comandante de las Autodefensas del Tolima, y Elías lo reemplazó pero él también trabajaba con el B-2”, señaló Cruz Aragón.
Igualmente dijo que muchas de las operaciones realizadas por el Ejército en Bogotá a finales de los 90 fueron coordinadas con las Autodefensas a través del coronel Plazas Acevedo.
Agregó que incluso fueron hombres del exparamilitar Luis Eduardo Cifuentes, alias el ‘Águila’, quienes facilitaron la fuga del coronel Plazas de la Escuela de Artillería, en donde pagaba una pena de 40 años por el secuestro y muerte del industrial Bejamín Khoudari.
De acuerdo con los testigos, tras una discusión por la plata de un secuestro, supuestamente el coronel Plazas entregó a ‘Camilo Coca’ en uno de los campamentos en Puerto Boyacá al paramilitar ‘Botalón’, quien lo asesinó a los 15 días.
Otro desmovilizado de las Farc que colaboraba con el Ejército y un sargento de la brigada, dicen los testigos, también fueron enviados a Casanare y asesinados por las Auc, en un intento por ocultar las actividades ilegales que se habían registrado dentro de la unidad militar.
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