En vilo, así se encuentran los cerca de 1.000 habitantes de Río Nuevo, corregimiento de Achí (sur de Bolívar), por causa de la escasez de alimentos que afrontan desde hace sies meses por un bloqueo alimentario que presuntos miembros de las Bacrim impusieron en la zona.
Según información oficial así reaccionaron los actores armados a los operativos en los que la Fuerza Pública ha erradicado manualmente más de 40 hectáreas de coca, correspondientes a 600.000 plantas.
“Con cada mata que se arranca se les está disminuyendo el potencial económico a estos grupos, por lo que deciden responder con este tipo de represalias en las que por obvias razones la más perjudicada es la comunidad” explicó el comandante de la estación de Policía de Achí, sargento Édgar Santana.
Según el uniformado la actual fuente de sostenimiento de las ‘Bacrim’ es el dinero que obtienen de la extorsión que hacen a comerciantes y ganaderos del municipio situado a 325 kilómetros al sureste de Cartagena.
Dirigentes del lugar afirmaron que la problemática es cada vez más compleja porque el bloqueo se ha extendido a otros sectores del sur de Bolívar, especialmente en la franja conocida como el Corcovado que incluye los corregimientos de Puerto Venecia, Boyacá, Algarrobo, San Roque, Los tamacos, Juan Sobrino, Payandé, Santa Lucía, Tacuya alta y Las Cuevas, en zona rural de Achí.
“Las personas tienen miedo de lo que pueda pasar con sus vidas. Son amenazadas para que presenten denuncias ante diferentes organismos nacionales por el supuesto mal comportamiento de las autoridades presentes en esta región”, dijo un funcionario de la población.
Los habitantes del sector afectado por el bloqueo se desplazan hasta Guaranda (Sucre) a conseguir víveres porque las tiendas de Río Nuevo permanecen cerradas.
Por otra parte, delegados de la Defensoría del Pueblo del Magdalena Medio, lograron determinar, tras una visita realizada al sector, que un alto porcentaje de su población infantil presenta cuadros avanzados de desnutrición y que la educación que reciben es precaria.
“Los niños y jóvenes de esta población no reciben una educación normal. La infraestructura de las instituciones educativas no están en las mejores condiciones, la planta de docentes es limitada y los pocos que hay viven atemorizados y no pueden ejercer su trabajo integralmente”, lamentó una vocera de la entidad.
En varias oportunidades EL TIEMPO intentó comunicarse con el alcalde de Achí, Walter Villacod, pero el funcionario no respondió las llamadas a su celular y oficina.