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Una vez más los colombianos saldrán a marchar. Contrario a la multitudinaria movilización de aquel 4 de febrero de 2008, en el que millones de voces se unieron para decir «no más secuestros» «no más Farc», la de mañana será un jornada en la que se pedirá un apoyo a la paz. Por lo menos así lo espera el Gobierno.

Desde el presidente Juan Manuel Santos, hasta el jefe negociador en Cuba, Humberto de la Calle, han insistido en que los colombianos deben volcarse a las calles porque «es una marcha de todos, para solidificar el anhelo de los colombianos hacia la paz».

Santos va más allá. Él saldrá a la calle acompañado de un séquito de funcionarios, ministros e incluso integrantes de las Fuerza Pública, en su afán de consolidar un apoyo ciudadano a las conversaciones en La Habana, Cuba, y mostrar ese escenario como parte de ese mecanismo de participación ciudadana, reclamado desde el inicio de los acercamientos con la guerrilla.

«Los invito a todos a que este martes, cada uno a su manera, marchemos o hagamos algún tipo de manifestación a favor de las víctimas, contra la violencia y a favor de la paz», expresó el Presidente.

En el mismo objetivo, el fiscal general, Eduardo Montealegre, pidió a los funcionarios de la Fiscalía que también salgan, porque el acto es una muestra del compromiso de esta institución con la paz y con las víctimas «y por ser una de las instituciones llamadas a velar por sus derechos y a comprometerse para que en nuestro país no se sigan presentando actos violentos».

Voces a favor y en contra
La convocatoria a los colombianos a marchar, y la misma marcha en sí, se ha convertido en un pulso, incluso político, que ha encontrado eco en diversas esferas del país.

Políticos y analistas pugnan sobre los verdaderos objetivos de la movilización. Mientras algunos aseguran que con esta marcha se respalda la impunidad de las acciones violentas de las Farc, otros aseveran que gana todo el país, y en especial el proceso por el respaldo que se mostrará en las diferentes ciudades donde se realice este evento.

Uno de los más férreos opositores es el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien en su cuenta de Twitter, manifestó su rechazo a esta iniciativa y expresó «no a la marcha por la impunidad impulsada por narcoFarc y Gobierno insensible al asesinato de soldados».

Igual respuesta fue entregada por los precandidatos a la Presidencia de la República de la coalición de Centro Democrático, el pasado sábado (recuadro).

En una carta, Carlos Homes Trujillo, Francisco Santos, Juan Carlos Vélez y Óscar Iván Zuluaga, expresaron que la paz no puede ser a cualquier precio y que la marcha del 9 de abril no es en solidaridad con las víctimas, sino a favor de los victimarios. «Su objetivo es mostrar un falso apoyo nacional al proceso de paz y legitimar artificialmente las aspiraciones de total impunidad y elegibilidad política de los negociadores de las Farc en La Habana, quienes a su vez son responsable de crímenes atroces y de lesa humanidad».

En la misiva, los precandidatos expresaron que la marcha de mañana tiene un viso político como el de conferirle legitimidad a las Farc a pesar de que no cesan sus acciones violentas en el territorio nacional. «Es para ese fin que el Gobierno, manipulando el anhelo de paz de los colombianos y la solidaridad con las víctimas, invita a marchar».

Pero el analista político, Jaime Castro Castro, aseveró que hay que esperar la respuesta de los actores del conflicto. » El Gobierno, ha dado todas las muestras de querer la paz, pero no ocurre lo mismo con las Farc. La pregunta es si la marcha ciudadana convence a las Farc si son el mejor instrumento para decirles que queremos la paz».

Los defensores
Desde la otra orilla, los defensores aseguraron que con la marcha se fortalece el diálogo con las Farc, el Gobierno y los sectores ciudadanos porque al final el objetivo es el mismo para todos: un acuerdo de paz.

Para la exsenadora Piedad Córdoba, el momento que se vive en el Colombia es histórico ante la posibilidad de firmar un acuerdo que ponga fin al conflicto armado y aseveró que la marcha fue organizada por varios movimientos civiles como Poder Ciudadano y la Marcha Patriótica, y que cuenta con el apoyo de algunos gobernadores y alcaldes.

Aseguró Córdoba, en entrevista con Colprensa, que el objetivo principal de la marcha es «enamorar a este país por la paz, porque uno siente que la gente todavía no se siente comprometida con el proceso. Claro, hay situaciones como que el proceso es muy distante, nadie lo conoce, las declaraciones del presidente Uribe, etc. Todo eso desconcierta a la opinión pública. Y además recoge propuestas para llevarlas a la mesa».

La visión del congresista Iván Cepeda sobre la marcha del 9 de abril es que con esta jornada se fortalecerá el movimiento por la paz y el proceso de paz en sí mismo.

Según Cepeda, nadie va a salir a respaldar a las Farc. «Los ciudadanos que salgan será para respaldar la paz y pedir al Gobierno y a las Farc que no se levanten de la mesa de conversaciones antes de firmar un acuerdo. La manifestación no tiene un propósito distinto a ser una manifestación ciudadana en homenaje a las víctimas y porque se ponga punto final al conflicto armado por la vía de un diálogo político».

¿Qué le aporta al proceso?
Las opiniones en cuánto a los aportes de la marcha a la mesa de diálogos también son disonantes. Por un lado, están los que aseguran, como el analista político Jaime Jaramillo Panesso, que la marcha lo que hace es dividir a los colombianos entre partidarios de la paz y enemigos de la paz.

Panesso aseveró que esa marcha va encaminada a que se presente como un acto de respaldo a la impunidad, situación que calificó como no positiva para el país.

«No es bueno para el país que el gobernante de turno este dividiendo al pueblo colombiano en esos dos campos. Cuando se convoca a una marcha por la paz en abstracto y por las víctimas, es una especie de engaño al país», precisó.

Pero Luis Celis, investigador y analista de la Corporación Nuevo Arco Iris, ve en la movilización un elemento que aportará un respaldo ciudadano, político y social a los negociadores en La Habana, Cuba.

Celis explicó que en Colombia hay una polarización, pero no alrededor de la paz, «porque los uribistas dicen que quieren la paz pero ves al expresidente Uribe, o a Holmes, o a Martha Lucía Ramírez expresando que se debe lograr con el sometimiento de la guerrilla, o que la guerrilla se rinda y quieren una paz sin reformas. Ahora hay un nuevo movimiento político que dice que queremos una paz dialogada y con reformas».

El sacerdote Leonidas Moreno, integrante de Cordupaz, expresó que el fin del conflicto será un primer paso, pero «una marcha como se quiere que sea una manifestación y una movilización fuerte de toda la población colombiana, en cierta forma es decir que nos comprometemos en la búsqueda y trabajo por la paz».

Otro de los aportes de la marcha es que el proceso de paz debe dimensionarse como un derecho fundamental y no como el desarrollo de campañas políticas, de posiciones o de radicalismos que se puedan presentar.

Así lo visualizó Jaime Bernal Cuéllar, quien manifestó que la movilización tiene sus aportes positivos porque es una forma de indicarle a «los comisionados del Gobierno y de las Farc que hay un respaldo para construir la paz».

Gobierno espera que mañana los colombianos marchen. Busca un respaldo ciudadano que según analistas debe pensarse por encima de ideologías políticas y debe terminar en la cesación del conflicto armado que ha azotado al país durante 50 años.

www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/C/colombia_saldra_a_las_calles_a_marchar_por_la_paz/colombia_saldra_a_las_calles_a_marchar_por_la_paz.asp
 

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