El ahora presidente del Congreso asegura que aunque no esté de acuerdo con el expresidente Álvaro Uribe, la extrema derecha que él representa debe llegar a esta corporación.
Luego de 16 años en el Congreso, Juan Fernando Cristo se despide del Legislativo —ha dicho que no se volverá a postular— asumiendo el cargo de presidente del Senado, en un momento clave para el desarrollo de los acuerdos a los que lleguen el Gobierno y las Farc en las negociaciones de paz de La Habana. Cristo, autor de la Ley de Víctimas, reclama que sean tenidas en cuenta en la negociación. Afirma que la legislatura que empieza será la de la paz e invita a la “extrema derecha” del expresidente Uribe y a la “extrema izquierda” de las Farc a que lleguen al Capitolio a debatir.
¿Cuáles son sus prioridades?
Todo lo que se pueda hacer por la paz, sin interferir en la acción del Gobierno sobre el proceso. Vamos a darles mayor trascendencia a las comisiones de paz y a presionar a las Farc para que aceleren la firma de un acuerdo. Debemos estar listos a aprobar las leyes que desarrollen el Marco para la Paz con lo acordado en Cuba. Lo segundo es la ley ordinaria de salud, que debe servir para demostrar que cuando el Congreso le da importancia a la sociedad civil y debate los temas a fondo, salen leyes muy buenas. También está el control político. Este es un año electoral y el Gobierno tendrá que hacer un balance para que a su vez los colombianos evalúen la conveniencia de continuar o no con las políticas de Santos.
¿Para cuándo esperan las leyes que reglamentarán el Marco Jurídico para la Paz?
Antes de finalizar el año. Las Farc deben entender que no pueden dilatar la firma de un acuerdo. Hay momentos especiales, coyunturales y cruciales en la historia de un país que no se pueden dejar pasar. Si no se firma un acuerdo este año, será más difícil avanzar en la reconciliación, pero yo creo que las conversaciones, a pesar de las dificultades, van a enrutarse en los próximos meses.
El presidente ha puesto como plazo noviembre. ¿Habrá tiempo para la discusión?
Con compromiso y voluntad se puede pensar en un acuerdo hacia finales de octubre y así poder tramitar entre noviembre y diciembre la ley estatutaria. Pero habrá que mirar, por ejemplo, la refrendación popular y si es por plebiscito, referendo o consulta. Lo que sea debe tener trámite en el Congreso. Hemos acompañado la paz y en esta ocasión no será diferente. Vamos a ser el Congreso de la paz, de la reconciliación y de las víctimas.
Sin embargo, las Farc siguen siendo reacias al reconocimiento de las víctimas…
Es una equivocación, un obstáculo para avanzar y eso hay que decirlo con claridad. Mientras no reconozcan a sus víctimas y expresen disposición de contar la verdad y contribuir en la reparación, será muy difícil que el pueblo colombiano las acompañe. Hago un llamado para que entiendan que este tema, aunque no era importante en el Caguán y no lo fue en Ralito, hoy es diferente porque la gente exige reparación.
Al Congreso llegará el uribismo, llegarán las Farc, se va poner bueno. ¿Por qué se va?
La verdad, me da como guayabo, pero es una decisión que tomé cuando se aprobó la Ley de Víctimas. En mis planes no está reconsiderarla, pero tiene razón, el Congreso se va a poner bueno.
¿Cuál es su futuro político?
Me siento con la satisfacción del deber cumplido que para mí fue la aprobación de la Ley de Víctimas. Voy a trabajar con entusiasmo en la posible campaña reeleccionista de Santos y a tratar de preservar la Unidad Nacional. En lo público, siempre habrá escenarios para actuar. No estamos condenados al Congreso.
¿Cuál es su principal legado en estos 16 años?
La Ley de Víctimas, sin duda. Es una ley que cambió la percepción de los colombianos, que puso a las víctimas en el primer lugar de la agenda pública, que significó una transformación estructural de la sociedad. Para mí es la ley más importante desde la Constitución de 1991.
¿Está jugado por la reelección de Santos?
Estoy jugado por la paz y por la reelección. Al país le convienen cuatro años más de Santos, que sea él el encargado de liderar el posconflicto y de continuar la tarea de buscar mayor igualdad. Conviene un gobierno decente y progresista.
¿Cómo ve la oposición del expresidente Álvaro Uribe?
Me gusta que esté en campaña y piense en encabezar lista al Senado. Eso le hace bien a la democracia, es una expresión política, es una realidad que debe expresarse en las urnas. Serán los colombianos quienes decidan la suerte de ese proyecto político, pero a mí no me cabe duda de que en materia electoral, el Partido Liberal derrotará al uribismo. No hay un candidato uribista que medio se le acerque a Santos. Yo creo que a Uribe no hay que torearlo mucho, él es un hombre de pelea, de batalla, así yo no esté de acuerdo, la ultraderecha que representa debe estar en el Congreso. Ojalá también lo haga la extrema izquierda cuando deje las armas.
El Catatumbo es su región. ¿Cómo ve la problemática?
Veo que es un paro justo con reivindicaciones válidas de los campesinos frente a la lentitud del Estado. Lamentablemente fue mutando en un paro con motivaciones políticas que pretende arrinconar al Gobierno, eso es inaceptable y está afectando a los habitantes. Hago un llamado a los líderes para que levanten los bloqueos con la seguridad de que el Gobierno se sentará a encontrar salidas. Debemos convertir lo que ha sido un laboratorio de guerra, en los últimos 40 años, en un laboratorio de paz y reconciliación.
Usted es ahora el presidente del Congreso. ¿Cómo ve el señalamiento del Gobierno contra el senador Jorge Enrique Robledo por su respaldo a las protestas?
Fui compañero del senador Robledo en la oposición a los ocho años de gobierno Uribe, admiro su trayectoria, respeto su tarea de control político, es un senador que enaltece al Congreso. Pero cuando se habla de intereses políticos detrás de las protestas sociales, me parece absolutamente natural. Siempre ha sido así, lo importante es que no desencadenen en situaciones de hecho.
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Por: Felipe Morales Mogollón
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