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Está en Colombia Ahmad Alhendawi, enviado especial del Secretario de la ONU para la juventud.


El diagnóstico está hecho: el 25 por ciento de los jóvenes de América Latina entre 15 y 29 años no pueden satisfacer sus necesidades mínimas, según la Cepal. El reto que se plantea entonces es una transformación que revolucione el panorama de los jóvenes para provocar un cambio real en sus vidas.
Ahmad Alhendawi, un jordano de 29 años, que fue nombrado por el Secretario General de la ONU como el Primer Enviado Especial para la Juventud, es precisamente eso: un promotor de cambios. Y está en Colombia para participar en la entrega de premios del Primer concurso de voluntariado juvenil, una iniciativa del programa presidencial Colombia Joven.
 
Vive en Nueva York y es el cofundador del Consejo internacional de la Juventud. Sobre su visita al país, dice que “apunta a discutir con el Gobierno cómo podemos seguir trabajando juntos por la juventud. Los jóvenes tienen desafíos muy grandes y todos estamos llamados a hacer más; yo quiero entender esta situación y establecer vínculos más fuertes con los involucrados”.
 
Hoy Alhendawi tiene la tarea de empoderar a la juventud para la creación de un mejor futuro, pero alguna vez, su sueño fue entrenar un equipo de baloncesto. “Juego basquetbol, pero lo que hago ahora es en realidad el trabajo de mis sueños. Mi pasión siempre ha sido trabajar con los jóvenes y en proyectos con la comunidad que los involucren, y promover un trabajo conjunto entre instituciones, gobiernos y sociedad para satisfacer las necesidades de este grupo”, dice.
 
En Montevideo, acaba de participar en un foro sobre juventud antes del inicio de la Conferencia Regional de Población y Desarrollo. Ahmad habló con EL TIEMPO sobre los caminos que pueden tomar las autoridades y los jóvenes para construir una sociedad más sólida y justa.
 
¿Cuáles son sus principales proyectos y líneas de trabajo como enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas?
Trabajo para responder a las necesidades de los jóvenes en el mundo. Trabajo con todas las agencias de Naciones Unidas para coordinar el trabajo a favor de la juventud. También, promuevo mecanismos para la participación de los jóvenes en las Naciones Unidas. Una de las principales gestiones es promover las asociaciones y el trabajo conjunto de todas las partes interesadas, con los gobiernos, las academias, las organizaciones de jóvenes, el sector privado y las Naciones Unidas. También abogamos para que haya más políticas para la juventud y para mayores inversiones. Mi labor es coordinar todo lo que mencioné dentro de las Naciones Unidas y abogar para una mejor agenda de la juventud a nivel mundial.
 
Teniendo en cuenta lo que invierte el mundo en el progreso de la juventud, ¿qué tipo de ciudadanos se está formando hoy para el futuro?
 
Pienso que todos los países necesitan más inversiones porque los desafíos que enfrentan los jóvenes son muy complejos. Existe la necesidad de invertir más en infraestructura, en educación, así como en financiación para que los jóvenes puedan empezar sus propios negocios. También se necesita más inversión en educación formal y en el desarrollo de capacidades. Tenemos que hacer más para asegurarnos de que podemos satisfacer las necesidades de los jóvenes. Me alegra saber del desarrollo en Colombia, con más fondo y más apoyo para ellos. Y estoy aquí para hablar de ello. Entiendo que se ha hecho mucho y eso es bueno, pero todavía queda mucho más por hacer.
 
¿Cuáles son las amenazas más grandes que enfrentan hoy los jóvenes para su desarrollo?
 
Nosotros tenemos un gran desafío: estar seguros de que la educación capacita a los jóvenes con las habilidades que necesitan para integrarse al mercado laboral. También tenemos el desafío de crear más oportunidades laborales, de generar instituciones y hacer posible que los jóvenes participen en la toma de decisiones. Y, por supuesto, la violencia y la delincuencia son un gran desafío y problema para ellos.
 
Los jóvenes pueden aportar al desarrollo, ayudar a construir la sociedad y el futuro, pero para eso tenemos que darles un ambiente apropiado. Es importante que existan políticas para la juventud, con un abordaje holístico de la situación. Soy consciente de que no podemos actuar solos para resolver estos desafíos. Por eso tenemos que establecer asociaciones, trabajar en conjunto y, de esa manera, buscar los caminos para resolver estas dificultades.
¿En cuáles campos se concentra el grueso de las políticas y programas hechos para los jóvenes en América Latina?
 
Entiendo que América Latina ha hecho grandes avances en cuanto al desarrollo de políticas para los jóvenes, que están mejorando los conocimientos sobre políticas para la juventud a nivel regional y a nivel Latinoamérica. Pero es importante aclarar que las políticas para la juventud deben abarcar varias áreas al mismo tiempo. Nuestra labor es asegurarnos de que estas políticas brinden estructuras para la participación de los jóvenes.
Para su cumplimiento, existen dos niveles: el primero es brindar servicios a los jóvenes. El segundo es trabajar en conjunto con ellos, de manera que se les permita participar en los procesos de toma de decisiones.
Eso es lo que el Secretario General de las Naciones Unidas define como trabajar con y para los jóvenes: solo los servicios no son suficientes. Debemos asegurarnos de que trabajamos con ellos. Los jóvenes no son clientes, son compañeros del trabajo de desarrollo y sin ellos no hay desarrollo.
Este es un momento excelente para que América Latina y el Caribe se decidan a invertir en el capital humano, porque la juventud es lo verdaderamente fundamental para el desarrollo de todos nosotros.
 
¿Por qué, a pesar de los esfuerzos institucionales, algunas políticas dirigidas a los jóvenes -como las de prevención de embarazo adolescente- no funcionan? ¿Qué puede hacerse para que resulten a su favor?
 
Para asegurarnos de que las políticas no terminen en papeles, la participación de los jóvenes es clave. Pero quiero terminar de aclarar a lo que nos referimos cuando decimos políticas: hablamos de un plan coordinado con apoyo financiero, que involucra a todas las partes, incluyendo a los jóvenes.
Para que sean políticas reales deben incluir la participación de los jóvenes en todas las etapas, desde cuando se comienzan a evaluar, se desarrollan e implementan.
 
El tema de embarazo de adolescentes es todavía un desafío. Y es por eso que los distintos frentes de Naciones Unidas, como el Fondo de Población de Naciones Unidas, están desarrollando diversos trabajos en diversos ámbitos. Uno que quisiera destacar es la acción entre compañeros, que consiste en que los jóvenes se preparen entre ellos. Se educa un grupo de jóvenes, se les da un entrenamiento sobre determinado tema, y son ellos quienes luego van a transmitir este conocimiento a sus compañeros.
 
Está claro que las políticas que no involucren a los jóvenes y que no se realicen con su participación no funcionan.
Hay un esfuerzo por desarrollar en los jóvenes competencias técnicas, pero no habilidades para emprender, investigar o crear. ¿Cómo cambiar el panorama?
 
Este es un aspecto muy importante. Uno de los problemas que tenemos en la educación actual es que forma buscadores de empleo. El sistema educativo que necesitamos es uno que gradúe innovadores en el trabajo, jóvenes empresarios dispuestos a tomar riesgos y a empezar sus propios negocios.
 
Permítame comentar que, a nivel global, decimos que en los próximos 15 o 17 años será necesario generar alrededor de 500 millones de empleos. Si todos los jóvenes van a buscar oportunidades de trabajo, lo más probable es que no encuentran 500 millones de trabajos. Por eso, insisto en que los jóvenes tienen que ser creativos y tienen que crear sus propios negocios en vez de salir a buscar trabajo.
 
¿Cuáles son sus aspiraciones a nivel personal y profesional?
Lo mejor de mi profesión es que mis metas personales y profesionales son las mismas. Entre mis metas está asegurarme de que las Naciones Unidas y el mundo entero invierten más en los jóvenes. También, asegurarme de que los jóvenes en el mundo estén en una mejor situación y que todas las agencias de Naciones Unidas, todos los gobiernos y Estados miembros inviertan para mejorar la situación de la juventud. Aspiro a tener una influencia en los cambios para lograr que la vida de los jóvenes sea mejor.
 

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