Los mandatarios departamentales se reunieron para estudiar medidas para implementar luego de la firma de la paz en La Habana.
La gran apuesta del presidente Juan Manuel Santos es la paz. Lo dijo desde su primer día de gobierno, cuando anunció que la puerta del diálogo no estaba cerrada con llave. Lo ha repetido una y otra vez y con la creciente oposición ha reafirmado su posición. Así lo hizo en Medellín, en la cumbre de gobernadores, donde se discutió la importancia de preparar al país para la etapa más compleja de la finalización de una guerra de 50 años: el posconflicto.
Tratando de acallar las voces de los críticos, el presidente Santos afirmó que “muchos se rasgan las vestiduras ante la posibilidad de que quienes empuñaron una arma contra el Estado puedan hacer política. De eso se trata, de cambiar las balas por los votos y que tengan las garantías de la democracia. Habrá que buscar un balance, garantizar la verdad y los derechos de las víctimas. Pero nada de esto debe desviarnos del tema esencial: cambiar balas por votos”.
En otro aparte de su intervención, sin mencionar al expresidente Álvaro Uribe, afirmó: “La paz no puede ser imposible de alcanzar y la guerra no tiene que ser inevitable. No compremos el discurso fatalista de los que se oponen al proceso para seguir alimentando el miedo de los colombianos y viviendo a su costa”.
Se trata de una apuesta de paz del país y, más allá de los convenios que logren las comisiones negociadoras del Gobierno y las Farc, se requiere que el país esté dispuesto a recibir a quienes dejen las armas, sumarlos a la vida productiva, que no se presenten actos de violencia contra los desmovilizados y, sobre todo, voluntad de reconciliación.
Conscientes del papel fundamental a desempeñar en materia de posconflicto, los gobernadores se reunieron para analizar los retos por venir y conocer experiencias internacionales como las de Héctor Rosada, negociador oficial del Acuerdo de Paz en Guatemala; Celia Mckeon, experta en el proceso de paz de Irlanda del Norte; Cornelis Steenken, experto en construcción de paz, quien ha trabajado para Naciones Unidas, y Fabrizio Hochschild, coordinador del sistema de las Naciones Unidas en Colombia. La conclusión fue una sola: en el posconflicto hay que empezar a trabajar de inmediato.
Y tal como explicó Steenkel, la paz es, en síntesis, permitir que las personas vivan alejadas de la violencia: “debemos recordar que en la paz de los colombianos, cada quien tiene necesidad de una vida normal, derecho a la vida, a un empleo, a una casa, a estar con sus seres queridos”. Por eso el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, afirmó que llegó el momento de pasar la página de la violencia, pero hacerlo bien, “esa paz se tiene que construir en los territorios, que han sido los que han vivido la violencia, por eso estamos buscando experiencias de paz, porque tenemos que ser capaces de aprender de otros. En el camino de la violencia hay muchas heridas, dolores, rabias y atender todo esto requiere de un cuidado muy especial. Lo fácil sería morirnos en guerra, lo difícil es morirnos en paz”.
Temístocles Ortega, gobernador de Cauca, una de las regiones que más fuertemente viven el impacto del conflicto, también hizo votos por una salida negociada que cierre el círculo de violencia. Por eso afirmó que “tenemos que empezar a prepararnos para el posconflicto, que es una de las tareas más complejas, poder lograr que los insurgentes que vengan a la sociedad civil encuentren espacios para volverse productivos. Las experiencias demuestran que hay enormes complejidades y el Cauca, por tener una cruenta actividad con los insurgentes, será clave y debemos aclimatarnos para el posconflicto”.
Por ahora es claro que, pese a la oposición que existe desde algunos sectores, la apuesta está hecha por la paz, porque como afirmó el presidente Santos, aunque “la búsqueda de la paz no es tan espectacular, requiere prudencia, sigilo y paciencia. Hoy sé que es más difícil hacer la paz que hacer la guerra, pero es la tarea más importante de cualquier gobernante”. Los mandatarios departamentales decidieron asumir el reto e hicieron votos de confianza para finalizar la guerra y empezar la época del posconflicto.
Son 50 años de conflicto en Colombia y se ven dos vías, la de la guerra y la de la paz. La segunda, a juicio del expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula, es un reto del país en el que “este es un compromiso de la sociedad, es fundamental que todos participen y se dé la reconciliación. Porque la victoria es alcanzar la paz”.
Por: Redacción Política
http://www.elespectador.com/noticias/politica/gobernando-paz-articulo-440380