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Análisis sobre el avance de los diálogos de paz, desarrollados en Cuba.

El de este miércoles no podría considerarse un pronunciamiento más de las Farc en la antesala de las jornadas con el Gobierno en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Fue una especie de lanzada al agua en el proceso de paz, de cara a la opinión, de cara a ellas mismas y al Gobierno, ahora que crece la expectativa por un acuerdo sobre tierras, el primer punto de la agenda de negociación.

Sobre él buscan un cierre con los delegados oficiales en el ciclo de conversaciones que arrancaron este miércoles, con un corto encuentro. Dos días de reuniones por separado en la isla –que no son frecuentes–, hoy y mañana, servirían para agilizar el estudio de los documentos finales que intercambiaron sobre el tema.

En lo que se refiere a las Farc, el hecho es que, de manera inusual, le ‘rindieron cuentas’ a la opinión, que pocas veces consideran y que les está pidiendo resultados para creer en el proceso de paz.

Lo hicieron al anunciar que esperan un pronto comunicado con el Gobierno “que dé certezas” a los colombianos sobre “los alcances esperanzadores que hasta ahora arrojan los diálogos”.

Un mensaje como este, de ser incumplido, les costaría mucho políticamente dentro y fuera de Colombia y es difícil creer que no les importe. Por lo menos frente a la comunidad internacional, que ha respaldado ampliamente el nuevo esfuerzo para terminar el conflicto armado con esta guerrilla.
Pero, además, el grupo armado sostuvo que reasumía las conversaciones, después de 11 días de receso, “con la mayor disposición” para avanzar.

Acto de fe en el Gobierno

Y si las Farc se la jugaron ante la opinión, no fue menos ante sí mismas. El comunicado de ayer, leído con serenidad y pausa por ‘Pablo Catatumbo’, guarda un acto de fe en el Gobierno.

“Queremos confiar en que esta vez sí surja un acuerdo que verdaderamente apunte a una reforma estructural, radical, cuyos mecanismos de restitución, redistribución y formalización , acompañados de proyectos integrales de desarrollo, tengan éxito y acaben con la constante de la titulación de baldíos que solo tenga el propósito de no tocar los intereses de los grandes propietarios”, afirmaron.

Este es un trabajo que ya ha venido haciendo el Ministerio de Agricultura.

La guerrilla también dijo “confiar” en que las asociaciones de empresarios del campo y de campesinos para producir no se conviertan en una “alianza del zorro con la gallina”.

Si bien las Farc insistieron en el fortalecimiento de las zonas de reserva campesina –espacios rurales vulnerables a la violencia y protegidos para impedir la compra de tierras de parte de grandes propietarios–, no hablaron de topes ni de cifras.

Volvieron a referirse a un punto sobre el cual el Gobierno ha reiterado que no es negociable: la minería y la inversión extranjera, pero solo el equipo oficial, que desde ayer y hasta mañana viernes estará revisando la propuesta final de las Farc, sabe si esta es moderada desde el punto de vista del Estado.
Como de costumbre, no hubo palabra alguna de los delegados del presidente Juan Manuel Santos.

Pero el análisis por separado que ellos y los negociadores de las Farc están haciendo definirá si habrá humo blanco frente a la reforma agraria y el desarrollo rural, el primer punto de la negociación que las partes comenzaron ya hace seis meses.

MARISOL GÓMEZ GIRALDO
Enviada Especial de EL TIEMPO
En Twitter: @margogir

http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz-gobierno-y-farc-dos-das-concentrados-para-definir-acuerdo-en-tierras_12801730-4

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