Como «absurdo» calificó Gustavo Trejos, padre del joven grafitero Diego Felipe Becerra el hecho de que los abogados de los patrulleros de la Policía Metropolitana de Bogotá implicados en la manipulación de las pruebas en el caso de su hijo estén buscando que el proceso pase a la Justicia Penal Militar.
Para Trejos el argumento de que los uniformados incurrieron en actos de servicio es inaceptable puesto que sus actuaciones no pueden enmarcarse en este sentido por lo que consideran que es una buscando una dilación en este proceso.
«Yo me pregunto ¿es un acto del servicio plantar una pistola en el lugar del crimen, alterar material probatorio, falsificar el informe del primer respondiente, llamar a un testigo falso, enviar audios distorsionados a la prensa para hacer pasar a nuestro hijo como un delincuente?», se cuestionó el padre del menor de 16 años.
Igualmente indicó que todas las pruebas recolectadas por la Fiscalía y la defensa permiten establecer que el joven se encontraba desarmado, en total indefensión cuando recibió el disparó del patrullero Wilmer Alarcón (procesado por el homicidio y la manipulación de la escena del crimen) por lo que no se puede hablar de un acto de servicio.
«La defensa de los patrulleros y la Policía Nacional se dieron cuenta que no tienen material probatorio para enfrentarnos en este proceso, entonces quieren pasarlo a la Justicia Penal Militar para buscar la impunidad», indicó Trejos.
Y es que el padre del joven grafitero fue claro en indicar que durante la imputación de cargos así como en la solicitud de medida de aseguramiento los abogados de los patrulleros procesados presentaron varias solicitudes de coalición de competencias las cuales fueron rechazadas por la juez de garantías.
«Algo que tenemos claro es que la justicia penal militar es un teatro donde se burlan de las víctimas y se genera impunidad y nunca se alcanza la justicia. Y esto es lo que se va a buscar», indicó.