Obispos le piden al Gobierno que se acerque a las necesidades de los campesinos.
La Iglesia Católica colombiana expresó su preocupación por los graves perjuicios que está causando el paro cafetero en todo el país y denunció que los campesinos manifestantes están sufriendo una grave crisis humanitaria.
“Mis plegarias para que Gobierno y los caficultores logren, desde el diálogo, un acuerdo justo para bien del país”, dijo desde Roma el cardenal Rubén Salazar, quien participa en los preparativos del cónclave del que saldrá elegido el sucesor de Benedicto XVI, a través de su cuenta en Twitter (@cardenalruben).
Monseñor José Miguel Gómez, obispo de la Diócesis del Líbano – Honda, en el norte del Tolima, se refiere puntualmente a los caficultores que están protestando en el sitio denominado como ‘El cruce’, en las ruinas de Armero, que tienen bloqueado el acceso a gran parte de esa región. (Lea: Formalización de mano de obra, obstáculo en diálogo con cafeteros).
“Son campesinos honestos que están sufriendo mucho y que no merecen ni gases lacrimógenos ni chorros de agua sucia”, afirmó el obispo, quien denuncia que no solo en los lugares donde se concentra el paro escasean la comida y abundan las dificultades para una supervivencia digna: sus familias, en las parcelas, también están pasando hambre y necesidades.
Monseñor Gómez lamenta los hechos de violencia generados durante el paro, pero asegura que estos son causados por grupos infiltrados que quieren manipular la situación.
“Los campesinos no son los violentos”, añadió este obispo, quien lamenta que en municipios como Líbano ya estén escaseando la gasolina y los víveres, y que la gente no pueda sacar las basuras de sus viviendas.
Por su parte monseñor Gonzalo Restrepo, arzobispo de Manizales, le pidió al Gobierno que fortalezca los diálogos, que escuche las necesidades de los manifestantes y que promueva un equilibrio que beneficie, sobre todo, a los pequeños productores.
“La angustia de los caficultores es por los bajos precios del producto. No es justo que trabajen tanto, como tienen que trabajar, para que vayan a pérdidas cuando saquen sus cosechas”, dijo monseñor Restrepo, quien lamenta que en una zona de tierras tan fértiles como el Eje Cafetero los campesinos vivan en condiciones de vida tan difíciles.
Entre tanto monseñor Fabio Duque Jaramillo, obispo de Garzón (Huila), advirtió que el sector más perjudicado por el paro es el de los pequeños productores de café y sostuvo que las alternativas que está ofreciendo el Gobierno nacional solo favorecen a los grandes empresarios. Considera que los campesinos se están quedando relegados.
Monseñor Duque Jaramillo manifestó que la realidad económica para el gremio es lamentable y que hay una crisis económica a la que este Gobierno ha sido indiferente. «Están pasando hambré», añadió.
Este obispo también expresó su preocupación por las personas infiltradas en el paro que son, según él, quienes están provocando los actos de violencia a los que los campesinos son ajenos.
REDACCIÓN VIDA DE HOY
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