Informe de Cifras y Conceptos revela que crece también el número de mujeres plagiadas.
Desde el 2004, cuando empezó la desmovilización masiva del paramilitarismo, y la Política de Seguridad Democrática concentró su fuerza con el Plan Patriota contra las Farc, los autores del secuestro en el país también empezaron a cambiar.
Así lo demuestra el informe de Cifras y Conceptos y el Centro de Memoria Histórica, presentado el pasado jueves en Bogotá y que recoge las estadísticas de 40 años de secuestros (1979-2010). De las más de 70 variables que tiene el estudio, hay tres datos que dan la magnitud de los últimos años: las bandas o redes criminales, como nuevos autores (con casos en aumento); las mujeres, como objetivos vulnerables del delito; y la impunidad.
En el año 2000, el pico más alto en la historia del secuestro, con cerca de 3.500 plagios, las mujeres ocupaban porcentualmente una baja cifra como víctimas. Pero para el 2008 la cifra se elevó, al mismo tiempo que aparecieron en escena con fuerza las bandas criminales.
Es así como, según el informe, estos grupos son los presuntos autores del 27 por ciento en 29.085 secuestros, por encima del Eln, que tiene el 25 por ciento de autorías. Para el 2010, cuando se registraron 1.252 secuestros, las redes criminales superaron en plagios a las Farc.
A ello se suma la exigencia económica, que volvió a crecer en el 2006 (secuestro extorsivo), luego de una notable caída en el 2004. Quienes más empezaron a cobrar por plagio (entre 500 y 5.000 millones de pesos) fueron las redes criminales, que en la mayoría de los casos, ante el no pago, han asesinado a sus víctimas. Las cifras actuales señalan que siguen siendo el grupo que más secuestra.
El caso de las mujeres
‘Una verdad secuestrada’, como se titula el documento presentado por el Centro de Memoria, tiene un aparte sobre la marca que el secuestro ha dejado en las mujeres, en su mayoría víctimas de las redes criminales.
Entre 1970 y el 2010 fueron secuestradas al menos una vez 8.411 mujeres. Y en más de 5.000 casos se logró documentar que por lo menos 2.153 de ellas fueron plagiadas por bandas criminales. Lamentablemente, un gran número sufrió violencia sexual o tortura física y sicológica durante el cautiverio.
Otras 55 mujeres lograron huir y 220 más fueron asesinadas.
Lo que padecieron durante el secuestro está consignado en las 6.789 denuncias instauradas ante la Fiscalía General, pero solo 714 de estos casos han logrado llegar a una sentencia condenatoria. “Este capítulo es uno de los más dolorosos en la historia del secuestro, porque se las vulneró por el simple hecho de ser mujeres”, señala César Caballero, gestor y líder de la investigación, que aún tiene mucha tela de dónde cortar.
Los 15 días de pesadilla
la tortura sicológica, arma de ‘urabeños’
A los secuestradores de las redes criminales no les ha bastado con la agresión sexual. Uno de los 8.411 casos documentados por Cifras y Conceptos evidencia cómo la banda de ‘los Urabeños’ prefiere secuestrar mujeres para ejercer presión en los casos de secuestro extorsivo.
Una de las víctimas es una mujer de 37 años, esposa de un comerciante, que fue plagiada en el norte del país. “Las tres primeras semanas me llamaban cuatro veces al día, ponían una grabación de gemidos y gritos y me decían que si no pagaba me enviaban el video de la violación de mi esposa”. Esta táctica intimidatoria es usada en la mayoría de los casos, según la Fiscalía.
REDACCIÓN JUSTICIA
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