Según Mancuso, en una ocasión se reunió en Tierralta, Córdoba, con De la Espriella y la entonces congresista Eleonora Pineda —también condenada por sus vínculos con las Auc— y les propuso que sacaran una cita con el candidato Uribe para comentarle que las Auc lo apoyaban y que si quedaba electo, querían que negociara con ellos la paz. Entonces, a comienzos de 2002, los exparlamentarios se habrían reunido con Uribe en su finca El Ubérrimo, en Córdoba, y le habrían comentado que en ese departamento los paramilitares habrían apoyado con $500 millones su campaña electoral, y que los jefes de las Auc tenían intenciones de dialogar. Aunque es la primera vez que se conoce de esta reunión, está claro que casi un año después del supuesto encuentro se iniciaría el proceso de negociación de Santa Fe de Ralito, Córdoba, que daría como resultado la desmovilización de varias, aunque no todas, las estructuras paramilitares.
Mancuso agregó que los paramilitares habrían apoyado las candidaturas al Congreso de la República de Pineda y De la Espriella, precisamente con la intención de tener dos fichas en el Legislativo que fueran el contacto de las Auc con el presidente. Mancuso ya se había referido respecto al apoyo de las Auc a la campaña de Uribe y, al igual que otros comandantes paramilitares, ha comentado que la orden que le dieron los jefes de las Auc a sus subordinados fue que votaran en masa por el entonces candidato independiente.
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