Con globos blancos, imágenes de seres queridos y gritando mensajes de paz, al menos 2.000 personas, entre víctimas, ONG, políticos y artistas se dieron cita en el parque Bicentenario de Medellín para caminar hasta La Alpujarra, donde se escuchó al unísono el clamor por el fin de la violencia.
A la cabeza de la multitud estaba Amparo Cano, a quien los ‘paras’ le arrebataron a su esposo en 2002 y a su hijastro, en 2006, en Tarazá, y que este martes no paró de gritar arengas por la paz.
«Uno pregunta qué pasó con ellos y no dicen nada», aseguró Cano, que en los últimos diez años ha salido a marchar con la imagen de sus seres queridos estampada en pancartas. Cerca de ella iban otras víctimas que pidieron participación en los diálogos con las Farc. «En esta mesa faltamos nosotros», fue el coro que mantuvieron en el recorrido.
A esa petición se unieron organizaciones sociales que pidieron la verdad en el caso del abogado y líder Jesús María Valle, asesinado en 1998, y corporaciones que criticaron la politización de la marcha. En la jornada de ayer se vieron unas 100 personas del Mira y unas 20 del Partido Verde.
Reclamo en Cali porque no avisaron de movilización
El parque de Banderas fue el punto de encuentro de 500 caleños que este martes respaldaron la búsqueda de la paz y se solidarizaron con las víctimas. Desde las 8:30 a.m. empezaron a concentrarse y hubo globos blancos, arengas y pancartas. «Parece una marcha clandestina. Si el Presidente no habla ayer (martes), estos poquitos que salimos no habríamos marchado», dijo Amparo Jiménez. «Creo que merecemos la paz porque hemos vivido un largo conflicto», dijo el joven Juan López.
En medio del calor, la Costa también salió a la calle
En Barranquilla la marcha fue reemplazada por una eucaristía en la Catedral, y a la salida se realizaron actividades y soltaron globos blancos. A esos actos asistió Emilia Pareja, que hace 14 años dejó Las Palmas, en San Jacinto (Bolívar), donde sufrió violencia sexual y vio asesinar a varios familiares. «Aunque mis heridas no sanan, soy defensora del proceso de paz», dijo la mujer. Pese al sofocante calor, en Cartagena y en Santa Marta también marcharon.
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